domingo, 8 de abril de 2007


(cochabamba, domingo 8 de abril, 10:35 pm)


Todo el día como un peregrinaje, y en ese andar alocado, miles de caras que transitan sin dejar huellas en la memoria ni en la emoción.


Domingo aquí como una toruga enterrándose en la arena para pasar desapercibida, mientras el oleaje hará brillar de gotas su caparazón de piedra.


Cristales mis ojos llenos de lluvia eléctrica y los caminos que se avecinan dirán sus propias palabras de mí.Las ignoro y me alegra no saber lo que diré, lo que dirán.Mis ojos como gemas engastadas en el gris elefante de la montaña, pasajeros sin rumbo definitorio,pletórico almacén de juguetes y cartas lejanas y anónimas.


Bebo agua para purificar los mecanismos con síndrome de ostra que el tiempo y los vientos desparraman sobre mi almohada de plumas.



1 comentario:

una mun dijo...

Temí
y quise protegerte.
Abracé tu espacio, tu historia, tu herida
y sí,
me sentí segura.

Creí
tenerte.

Alma mía.
Como si la muerte fuera la única manera de perderte.