(córdoba, miércoles 23 de mayo, 8:45 pm)
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Claro...como si fuera fácil explicar el vértigo anudado en la garganta la primera vez que la cama estuvo revuelta.
Andrógina la mansedumbre de tu calavera quedó tiesa y yo fuí una lagartija impar recorriéndote de risa, hundiéndote en el ombligo fulgor de primaveras, canastos de poros abriéndose-cerrándose como puerco espín, tajadas de limón y arena.
Hablamos de Lorca y los ojos se nos llenaron de luna llena.
Hablamos de Bukowski y corrimos a buscar una ginebra.
Hablamos de Edith Piaf entre las enredaderas junto al lago nocturno y cantaste sin desafinar : "ne me quitte pas" mientras yo saboreaba una ciruela.
Después hundí la brasa final del Parliament y dije : "¿caminemos por una calle cualquiera?"
Cosas que pasan tuvieron que pasar.Claro.Esa es la regla.
Deambulo ésta noche pensando en un volcán de lava roja que explota al cielo y en mis oídos suena Morcheba diciendo en letanía tecnificada: "over and over and over again now".
El haiku que más adoré no haber escrito decía:

"AFUERA DE MÍ
LA FURIA DEL MUNDO ES
DELICADEZA"

La credulidad y la tragedia juegan a que siempre siempre siempre nieva.Figuritas de papel en la vereda esperan sus colectivos.
Monocordes mis títeres detienen el mal paso en la escalera y confundidos fantoches de penumbra no se quejan ni me acechan.
Plácida la lluvia extiende sus piernas de mujer sobre mi pradera en un amplio movimiento roto,como si ha rezar se resistiera, y su luz de agua choca imperceptiblemente en la pupila mía donde un punto cardinal exacto del planeta hizo un tajo negro eterno con ancestral paciencia.
Tengo hambre de no-ser lo que otros han mirado.