domingo, 16 de septiembre de 2007

(buenos aires, domingo 16 de setiembre, 2:46 pm)

En EEUU e Irigoyen me refugio del frío viento y la persistente y filosa lluvia que hace días no deja de caer, ante una humeante y deseada taza de té con limón, tratando de comprender, de sentir, los rasgos del nirvana esencial.La vivencia más leve adquiere tonalidades de intensidad insondable y me redime HOY de todo deseo de posesión.
Claraluz desea una magnolia pero la encuentra excesivamente cara y me lo comunica en un mensaje de celular (ella-es-casi-la-única-que-me-escribe).Entonces le digo que es posible que no tenga esa magnolia y todo sea reducido a tener el DESEO de poseerla;ergo,la flor ya es y ha sido siempre suya.
Toda construcción es atemporal(ya sabemos que nada existe como norma , y mucho menos como norma de tiempo),pero ella insiste en que la flor "deseada" es perfecta(¿tal vez por ser mental?)y que prefiere la imperfección de lo real.
Pienso.El libro de Kerouac me quema en las manos y el té transforma mi estómago prensado, dándole ahora calidez y rélax.
Contesto: hay que trocar el dinero(posesión) en pertenencia(más posesión).En todo caso, la elección es suya.De todos modos, ya sea que la compre o no, el instante del deseo es único e irrepetible. Jamás volverá a desear la misma flor, porque flor y deseo fueron un mismo instante. Y hablo de unicidad en contraposición a la inconmensurabilidad del cosmos.
Ella ahora habla de robarla (creo que jamás lo hará) y le digo que debería comprarla como se compra cualquier cosa que uno necesita;debería comprarla como cuando adquiere un libro cuando lo desea, pues todo merece un sacrificio.Lo material en pro de algo espiritual.Ella, como muchos, tenemos aun posibilidades del "no-robo" como opción,ya que sólo la necesidad de tener algo indispensable, algo que deseamos en extremos inquietantes,nos torna verdaderamente en zonas espirituales donde el deseo opera. El resto es simplemente una vulgar vacuidad prefabricada.
Robar en este caso no es meramente un concepto capitalista, diría más bien, consumista. En todo sistema(exceptuando el demoníaco sistema moral)el robo suele consignarse como una fatalidad normal, producto de los estragos sociales propios del no respetar la igualdad como bien común a nuestra especie.Aunque la "propiedad" deje de valer, poseer esa magnolia, para ella, no significará específicamente algo espiritual en sí porque el espíritu no está en lo que vive, ya que nada existe. El espíritu sólo habita en la acción de "desear" y "creer" que ese deseo existe;no en la arrogancia o la conquista de la posesión material de la cosa deseada.
Aprendo: me hundo en mí, en la contemplación de mi YO, en el despojo de mi existencia corporal como primacía engañosa y avanzo en un barco de preguntas amarillas hacia el extenso mar de los misterios de mi alma despojada.

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