viernes, 30 de noviembre de 2007

(buenos aires, sábado 1 de diciembre, 1:26 am)

Parece ser que todo lo numérico es potable.
Por ejemplo, hoy tengo 38 años y 268 días, cosa que cambiará dentro de 97 días exactamente cuando, sin pretenderlo siquiera, alcance el número 39 (¡Ay de aquellos que ignoren que mi edad se eternizó en el número 35!).
Nací en la ciudad de Godoy Cruz, provincia de Mendoza, un día sábado 8 de marzo a las 15:45 horas, en algún quirófano de Maternidad del Hospital Español.
Hasta este momento he vivido:
- 14.147 días
- 2.021 semanas
- 465 meses
Mi nacimiento quedó regido por el signo de Piscis(agua) con ascendente en Cáncer (agua) y con la luna en Escorpio (agua).
Gallo de tierra,me definiría el horóscopo chino.
Semilla Amarilla, el maya.
En mi última encarnación terrena (¿hay otra que no lo sea?) dicen que fui hombre y que viví en zonas de lo que en la actualidad se conoce como el norte de la India,Asia, cerca del año 1425 d.C.
También parece ser que fui un hombre dedicado a las obras de infraestructura pública: construí caminos,casas, templos y catedrales. Fui poseedor de una leve mente científica y busqué en forma pertinente nuevas explicaciones(ignoro aun con respecto a qué cosa),y si bien aquel entorno no me comprendió (¡algo me suena repetido!) fui merecedor del respeto ajeno por mis humildes conocimientos.
Ignoro la fecha exacta y la edad que acumulé al morir aquella vez, y mucho menos las causas, pero volví a encarnar ese cálido preotoño de 1969 en América del Sur (¿qué habré hecho durante más de cinco siglos?) y mi destino de encarnación terrestre actual está ligado al estudio (¿sigo buscando explicaciones?), práctica y uso de la sabiduría de manuscritos sagrados( ¡Oh perdón, todo se me ha traspapelado desde los 6 años en adelante!): sólo me quedan algunas hojas de Kerouac, de Kavafis, de Kafka... (¡Todos con k!).
De todos modos,todo cuanto he de hacer en esta encarnación (yo aseguro ,por todos y cada uno de los dioses que jamás existieron a lo largo de la historia hmana, que es ésta mi última encarnación terrenal y después vendrá la Nada con perfume de limones), todo cuanto he de hacer, decía, será esa pragmatización de sabiduría que deberé desarrollar a través de una profunda fe (¿en mí?) y de un arduo y constante trabajo.
Amén.


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