martes, 6 de noviembre de 2007

Nada es ficción en este diario, pero cuando la realidad se acomoda en palabras pareciera no tener límites, y todo se torna difuso: quiero decir, es real y es ficción; y si leo bien, no estoy usando ningún anexo negativo, ningún adjetivo privativo, sino que, por el contrario, simplemente atestiguo lo ambivalente del dominio que intento sobrevolar: la escritura.
Tal vez deba decir de forma tácita que mi escritura es mía y para mí, en primera instancia, y que no necesita clasificaciones de ningún tipo, sobre todo si esas clasificaciones son externas.
En todo caso sólo yo sabría con verosimilitud si lo que armo en palabras está bueno o no, y que no me confundo en usar a estas alturas esos términos marranos de :me gusta-no me gusta.
Me flashea cuando logro una síntesis metafórica que no se torne genérica en el producto creativo (ya se que soy hombre, y que vos sos mujer, pero… la literatura es asexuada).
¡Gracias por tu poema, Claraluz, en verdad siempre soñé con el placer de vivir en la paz de pez!

No hay comentarios: